Crédito Foto: master1305 – www.freepik.es
Existen dos realidades innegables. Por un lado, que nuestra sociedad necesita fomentar valores sociales que hagan partícipe de la sociedad a todas las personas y con independencia de sus capacidades. Por otro lado, que la inmensa mayoría de los seres humanos amamos el deporte. En este sentido, los deportes inclusivos son deportes que consiguen aunar ambas realidades en unas mismas disciplinas. Y en este artículo veremos qué son exactamente y qué beneficios tienen, además de varios ejemplos.
Cuáles son los deportes inclusivos
Es muy importante que distingamos primeramente entre los deportes adaptados y los deportes inclusivos.Y es que los primeros refieren a aquellas modalidades deportivas que han sido adaptadas a las necesidades y las capacidades de las personas con heterocapacidades o condiciones especiales de salud. Y todos los Juegos Paralímpicos son prueba paradigmática de estos deportes adaptados. Los deportes inclusivos no obstante, refieren a deportes que pueden practicar conjuntamente personas con y sin discapacidad.
Esto es una manera fantástica de promever la participación conjunta de personas con capacidades distintas, así como la concienciación social entre quienes posee capacidades normativas. Por esto es muy importante la presencia de estos deportes en nuestra sociedad actual: necesitamos integrar a todas las personas sin una sola excepción y el deporte siempre ha poseido una envidiable capacidad de conexión y cooperación entre los seres humanos. ¿Pero cuáles son los deportes inclusivos exactamente?
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Deporte inclusivo ejemplos
Los deportes inclusivos son aquellos que, como apuntábamos antes, fomentan la implicación de personas con toda variedad de capacidades en nuestra sociedad. En ese sentido es, más que una categoría práctica de deporte, una actitud hacia las actividades deportivas. Una enfocada en la sensibilización y el respeto hacia lo diferente que tiene una relevancia trascendental en la infancia y en la adolescencia. Por esto todo deporte es susceptible de convertirse en un deporte inclusivo. Importa el cómo.
Desde el entrenamiento individual para personas con cualquier discapacidad hasta los partidos y competiciones en deportes como baloncesto o de hockey en silla de ruedas eléctrica en el que participen chicos y chicas con discapacidad mental o física (desde ELA a síndrome de down, autismo, TDAH…) sería uno de los mejores ejemplos de deporte inclusivo. Por supuesto, también pueden participar chicos y chicas sin condiciones especiales. Esto es precisamente lo que proporciona valor a estas prácticas físicas: el hecho de que se produzca interacción y mezcla. Y por eso en FUNDAL siempre hemos apoyado estos deportes inclusivos. Sabemos lo indispensables que son para el progreso social.
Tipos de deportes inclusivos
Los tipos de deportes inclusivos son exactamente los mismos que los tipos de deportes tradicionales. Tal y como hemos apuntado anteriormente, lo que convierte una práctica deportiva convencional en la práctica del deporte inclusivo es la filosofía tras ella. Basta con incluir ingredientes como la diversidad, la tolerancia, la concienciación o la empatía para alcanzar una práctica inclusiva del deporte. Esta es la razón de que estos valores deban ser promovidos desde las instituciones educativas.
Después de todo, el aprendizaje ético de la infancia y de la adolescencia tiene ecos en la vida adulta. Lograr que los más pequeños y las más pequeñas aprendan a respetar a quienes tienen otras capacidades será muy importante en la vida de estos últimos. En ese sentido, los deportes inclusivos transmiten ese respeto pero también cumplen un papel mucho más elemental: que todas las personas, independientemente de qué clase de capacidades tenga, debe poder satisfacer su derecho a la práctica deportiva igualitaria.
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